La Iglesia de Barbacoas de Puriscal
Como centro a su vez, tiene ese poblado una hermosa iglesia parroquial, misma que a partir de 1935 sustituyó a la antigua ermita dedicada a San Isidro Labrador. Y dicho templo continúa bajo esa advocación, pues es testimonio tanto de la vocación agropecuaria del distrito como de la fuerte religiosidad católica de su gente; circunstancias ambas que han permitido la conservación y mantenimiento de esa joya arquitectónica que es orgullo comunal.
Su responsable técnico fue el arquitecto Luis Rojas, quien presentó los planos a la Junta Edificadora en 1931, y como muchos otros templos y ermitas rurales de la época, muestra fundamentalmente rasgos del neogótico que se filtrara entre nosotros con la arquitectura victoriana de origen inglés y norteamericano, y que tanta influencia ejerciera en la arquitectura religiosa nacional de la primera mitad del siglo XX.
Construida su estructura principalmente en madera de caoba, el forro exterior es de chapa metálica con moldura de almohadillado simulando piedra una y otra madera acanalada; mientras en el interior el forro es de tablilla de madera de cedro machimbrada expuesta y barnizada, en su momento extraída toda del entorno boscoso del distrito y trabajada industrialmente en sitio.
Ahí, dos filas de columnas neogóticas en madera también, dividen el templo en tres naves que se prolongan hacia el fondo en un solo y amplio ábside que forma el presbiterio en un plano elevado al que se accede por tres escalones de granito, mientras los cielos de dichas naves forman bóvedas de crucería en una lograda labor de carpintería de geometría ojival tanto en volúmenes como en detalles.
Exteriormente, la sencilla fábrica de cubierta a dos aguas y una cúpula octogonal sobre el altar mayor, muestra al final dos volúmenes para sacristía a ambos lados del presbiterio, y hacia el frente un pórtico principal con puertas y ventanas rematadas en arco apuntado y cubierto por un alero independiente, acceso flanqueado a ambos lados por torres de pronunciada cubierta y un ojo de buey sobre cada ojiva.
Objeto de una cuidadosa restauración en el año 2001, el inmueble es de carácter privado, pues le pertenece a las Temporalidades de la Iglesia Católica; y fue declarada Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica según Decreto Ejecutivo Nº 28244-C, publicado en La Gaceta Nº 232 del 30 de noviembre de 1999.
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