Manuel Mora Valverde: en su centenario

Tiene apenas 34 años -pues nació en agosto de 1909- y, aunque entonces no lo sabe, está en su mayor momento de gloria. Es el 15 de septiembre de 1943 y se celebra en San José la promulgación del Código de Trabajo, una conquista republicana y popular que consolida la reforma social que se ha venido gestando desde el Gobierno, en alianza con la Iglesia Católica y el Partido Comunista. La presencia del licenciado Manuel Mora Valverde ahí, así lo atestigua para siempre.
Bajo su ecuánime dirección, el pequeño y radical grupo fundado por él en junio de 1931, se ha convertido en una fuerza de masas que ese día afluyen a la capital, en jubiloso apoyo a legislación tan importante para su condición de clase. Es un triunfo democrático para los trabajadores, es un triunfo político para la Dirección del Partido Comunista; pero es también un triunfo personal para Mora que, por ese hecho más que por cualquier otro en su larga trayectoria política, fiel a sus principios tanto como a su país, fue nombrado Benemérito de la Patria en mayo de 1998.

Con ocasión de su centenario, vayan pues estas líneas en su memoria imperecedera, de la que de una u otra manera somos herederos todos los costarricenses de hoy. Porque con independencia de que se compartan o no sus ideas políticas, o de cuan controversial pueda resultar hoy o haya sido ayer su carrera de líder y tribuno popular, sus luchas por la justicia, por la honradez política, por la paz social y por el mejoramiento del sistema republicano y democrático de Costa Rica, hacen que de él pueda decirse, como dijera el gran José Martí en ocasión de la muerte de Karl Marx: “Como se puso del lado de los débiles, merece honor.”

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