Amalia Chaverri: de boyeros y carretas
Revolución instrumental en el esquema de producción agrícola que entonces nos regía, ese medio de transporte predominó por más de un siglo en el Valle Central y sus alrededores; y de ahí que haya sobrevivido, como objeto y como actividad tradicional, en la ruralidad que nos va quedando hoy en el Área Metropolitana costarricense.
Josefina de nacimiento, pero escazuceña desde hace mucho tiempo, la entonces Viceministra de Cultura -la filóloga y académica Amalia Chaverri-, nos brindó una breve pero emotiva entrevista sobre la declaración que del boyeo y la carreta costarricense hiciera la UNESCO, como Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Pues ante tan importante reconocimiento internacional a una actividad que los “ticos” llevamos en la sangre, quisimos conocer el parecer de ella como principal impulsora del proyecto que fue.
A.F.: Doña Amalia: ¿de dónde surgió la iniciativa de proponer a la carreta y al boyeo costarricense como patrimonio intangible de la humanidad?
A.Ch.: Luego de que la Convención correspondiente fue firmada en la UNESCO en el año 2003, y como yo había participado en su redacción, comencé a indagar qué se había hecho aquí sobre el tema del patrimonio intangible. Y entonces encontré que las investigadoras Cecilia Dobles, Carmen Murillo y Giselle Chang estaban trabajando pacientemente en un listado de tradiciones y de costumbres, de formas lingüísticas y de prácticas ancestrales, que eran susceptibles de profundizarse y de considerarse como formas del patrimonio intangible autóctono.
Me puse en contacto con ellas, y las convoque a que estudiaran cuál era el tema nuestro que más se acercaba a una declaratoria como esa. Ellas, luego de un largo estudio y de un mapeo muy riguroso, propusieron el del boyeo y la carreta costarricense. Porque aclaro que “boyeo” es un costarriqueñismo, que cubre todo un complejo y amplio fenómeno cultural: no es sólo el boyero como individuo o la carreta como objeto en su forma individual, sino todo aquello que los rodea como actividad social.
A.F.: ¿Y cómo se inició el proceso de gestión de esa postulación nuestra?
A.Ch.: En primera instancia pensamos, ya actuando como equipo, que se pediría apoyo a la UNESCO, solicitando fondos para hacer el estudio de la respectiva candidatura. Así que se hizo la solicitud con toda la seriedad del caso, y se nos asignaron 15.000 dólares en efectivo que daba la organización; mientras nosotros teníamos que poner la contraparte de la investigación en especie: los viajes o giras de campo al interior del país, las transcripciones por medio de las secretarias, la infraestructura necesaria, la película y el revelado fotográfico, las diferentes bases de datos, etc.
A.F.: ¿Y cómo considera usted el resultado de la investigación realizada?
A.Ch.: Muy significativo, muy importante a nivel nacional e internacional. De hecho, se va a publicar esa extensa investigación por medio de la Editorial de la Universidad de Costa Rica, con el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes y otros patrocinadores. Además, se van a insertar parte de los contenidos de la investigación en los contenidos de la enseñanza nacional, y así se va a revaluar el trabajo de los boyeros en la historia del país. Y también va a beneficiar mucho al sector turístico, desde luego.
A.F.: Usted personalmente se encargó de la gestión de esto ante la UNESCO: ¿cómo percibió el ambiente internacional hacia la propuesta nuestra?
A.Ch.: Desde el primer momento, lo percibí muy favorable. De hecho, yo tuve dos entrevistas en la sede de la UNESCO en París; e inclusive en una de ellas pedí que se nos permitiera no traducir al inglés o al francés, los dichos y las frases coloquiales vinculadas con el boyeo y la carreta nuestra, puesto que así perdían todo el sentido. Por ejemplo, no me imaginaba que había que traducir “montarse en la carreta”, como “driving in an oxcar”... fatal: ¡y nos aceptaron la petición!
A.F.: Y entonces: ¿cómo recibió la noticia de la declaratoria mundial de la UNESCO?
A.Ch.: Con gritos, lágrimas y abrazos... mucha gente entusiasmada con el asunto nos llamó por teléfono. Hemos tenido muchas entrevistas en los más diversos medios de comunicación, lo cual amplía la cobertura del hecho entre los costarricenses de toda clase, y eso es muy importante.
A.F.: A su juicio personal: ¿podríamos decir que, a la fecha, es este el reconocimiento más importante que ha recibido nuestra cultura criolla a nivel internacional?
A.Ch.: Sí, definitivamente así es: ganamos un campeonato a nivel mundial.
A.F.: Siendo el de “patrimonio intangible” un criterio que apela a la transmisión oral de una actividad o costumbre, a su práctica inmemorial, y a los valores y símbolos intrínsecos que lleva de una generación a otra: ¿cómo ve el futuro de la actividad de la carreta y el boyeo costarricense, luego de un estímulo tan significativo como este?
A.Ch.: Primero, se espera encaminar un plan de acción respecto a la actividad, lo cual es un compromiso que se adquiere con la nominación. Pero también el estímulo va a servir para reforzar nuestra identidad y nuestro imaginario colectivo: se va a reconocer la importancia del boyero y su carreta en el desarrollo histórico del país, por ejemplo.
Creo, además, que va a ser importante para poder explicar a la gente con detenimiento en qué consiste el tema del patrimonio intangible de los pueblos, pues hay mucha confusión al respecto; porque no es cualquier tradición ancestral o costumbre de un pueblo la que cumple con los criterios establecidos para eso, según la UNESCO. Tiene que tener un contexto histórico definido, debe haber permeado en muchos de los ámbitos culturales de ese pueblo, y tiene también que haber perdurado en el tiempo y el espacio; eso entre muchas otras variables más que la gente no conoce... pero que reconocimientos como este, se las pueden hacer llegar y sentir más fácilmente.
A.F.: Con esa reflexión final, dejamos a doña Amalia Chaverri... feliz de haber ganado como funcionaria costarricense, un lugar en el mundo para esta tradición tan nuestra.
(Fotografías del encabezado tomadas de: http://www.nacion.com/ln_ee/2005/noviembre/26/aldea1.html#555401. Fotografías a color: Andrés Fernández (ruedas de carreta) y de Pablo Villalobos (bueyes).)
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